Como padres, cada día supone una multitud de retos. Una vez que por fin habéis ganado la batalla por una plaza en la escuela infantil, el siguiente problema está a la vuelta de la esquina: ¡las enfermedades en las guarderías!
Puede parecer inofensivo, pero muchas familias llegan al límite en el primer invierno después de empezar la guardería. Cuando una infección sigue a la siguiente, no sólo es importante ayudar a los más pequeños a recuperarse, sino también prevenir el contagio de toda la familia. Y por si fuera poco, el cuidado de los niños enfermos pone a prueba el equilibrio entre la vida laboral y familiar.
Enfermedades EN LAs GUARDERÍAS - ¿POR QUÉ LOS NIÑOS DE GUARDERÍA ENFERMAN CON TANTA FRECUENCIA?
Los principales factores de infección en las guarderías son la proximidad entre los niños y la preferencia por llevarse las manos y los objetos a la boca. La situación se agrava en invierno, cuando los acontecimientos se trasladan al interior. El aire interior seco reduce la resistencia de las mucosas, los aerosoles exhalados se concentran en el aire interior y los juguetes que se pasan de un lado a otro sirven de medio de transporte ideal para las infecciones por gotitas contacto.
Además, el sistema inmunitario del niño tiene (todavía) poco que hacer contra la multitud de virus y bacterias. La buena noticia es que esto está mejorando paso a paso.
CADA INFECCIÓN REFUERZA LAS DEFENSAS INMUNITARIAS
Puede que sea poco consuelo, pero para el desarrollo del sistema inmunitario del niño, el intercambio de patógenos en guarderías y escuelas vale su peso en oro. El trasfondo: desde el nacimiento, los niños solo están equipados con el sistema inmunitario innato o inespecífico. Lo que les falta es la memoria inmunológica de la defensa inmunitaria específica.
Mientras que la defensa inmunitaria inespecífica viene dada, el sistema inmunitario adaptativo o específico debe adquirirse gradualmente. Y esto funciona de la siguiente manera: si se entra en contacto con un agente patógeno que ha superado la defensa inespecífica, se recurre a la defensa específica.
En este caso, no solo se analiza la huella del intruso, sino que también se almacena en la memoria inmunológica. La ventaja: en caso de nuevo contacto con este agente patógeno, el organismo es capaz de eliminar al intruso nocivo mucho más rápidamente que en el primer contacto. Por tanto, el sistema inmunitario aprende con cada nuevo contacto con el patógeno, lo que es importante para crear una defensa específica.
ENFERMEDADES COMUNES DE LAS GUARDERÍAS
Las guarderías son un auténtico paraíso para bacterias, virus y similares. Además de resfriados inofensivos, los niños también comparten entre sí enfermedades altamente infecciosas. Entre las enfermedades más comunes de las guarderías figuran:
- Enfermedades respiratorias: tos, dolor de garganta y resfriados: estos son los signos típicos de una enfermedad respiratoria. Coronavirus y Covid-19 también entran en este epígrafe.
- Conjuntivitis: los ojos enrojecidos, el frotamiento frecuente de los ojos y la hinchazón de los bordes de los párpados pueden indicar conjuntivitis. Además, los párpados suelen estar pegajosos por la mañana y el niño se queja de ardor, picor y/o lagrimeo.
- Infección gastrointestinal: si se producen diarreas, náuseas y vómitos, suele tratarse de infecciones gastrointestinales clásicas.
- Virus de manos, pies y boca: esta enfermedad altamente contagiosa causada por virus suele comenzar con fiebre, pérdida de apetito y dolor de garganta. También se caracteriza por pequeñas manchas rojas en la lengua y las encías, que se convierten en ampollas dolorosas a medida que avanza la enfermedad. A continuación aparecen los síntomas que dan nombre a la enfermedad: manchas rojas en las palmas de las manos y las plantas de los pies.
- Escarlatina: esta clásica enfermedad infantil está causada por una bacteria. Los síntomas incluyen dolor de cabeza, dolor de garganta, escalofríos y fiebre que sube rápidamente. La escarlatina se caracteriza por una "lengua de frambuesa". Aunque al principio la lengua está cubierta de blanco, el aspecto cambia al cabo de unos días y puede observarse un enrojecimiento de color frambuesa. También aparece una erupción cutánea que no pica y que puede afectar a todo el cuerpo, empezando por las axilas, el pecho y la ingle.
Para evitar la propagación de enfermedades:
Los niños con síntomas claros de enfermedad (por ejemplo, fiebre) no pueden acudir a la guardería. Los padres de niños enfermos también están obligados a notificar determinadas enfermedades a la guardería. Entre las enfermedades de declaración obligatoria figuran la escarlatina, la varicela y las infecciones meningocócicas.
MÁS VALE PREVENIR QUE CURAR - 5 CONSEJOS PARA TODA LA FAMILIA
Las enfermedades en guarderías y colegios no pueden evitarse por completo. Por regla general, hasta diez resfriados al año son normales en los niños. (1) Sin embargo, tomando las medidas adecuadas, puede ayudar a mantener las infecciones dentro de estos límites y evitar un estrés adicional para toda la familia.
1. CINCO raciones de fruta y verdura al día, con especial atención a la vitamina C
Una dieta sana y equilibrada es un requisito básico para la salud y el rendimiento en la vida cotidiana, tanto para adultos como para niños. Dado que la fruta y la verdura en particular contienen muchas vitaminas y minerales importantes, tanto los adultos como los niños deberían comer 5 raciones de fruta y verdura al día, divididas en dos raciones de fruta y tres de verdura. Como las raciones de niños y adultos son inevitablemente diferentes, el tamaño de la mano respectiva es decisivo. En lenguaje básico: una ración corresponde a un puñado.
Las vitaminas y los minerales son especialmente importantes, ya que se ha demostrado que muchos de estos micronutrientes refuerzan el sistema inmunitario. La vitamina C, en particular, es conocida por ello.
Muchos tipos de col son fuentes ideales de vitamina C: por ejemplo, la col blanca, la lombarda y las coles de Bruselas. Los pimientos rojos también se encuentran entre las verduras con un alto contenido en vitamina C. Las grosellas negras, las fresas, las naranjas, las mandarinas y los kiwis son tipos de fruta que contienen mucha vitamina C.
Todo esto está muy bien, pero ¿a su hijo no le gusta la fruta y la verdura? Estos consejos específicos pueden ayudarle:
- Haz que la fruta y la verdura sean interesantes: utiliza cortapastas, por ejemplo, para dar una forma especial a manzanas, pepinos y similares.
- Sé un buen modelo: los niños imitan el ejemplo de sus padres.
- No fuerces nada.
- Inténtalo una y otra vez: las preferencias de tus hijos cambian.
Si todos los intentos fallan, aún queda la opción de mezclar frutas y verduras en los platos favoritos. Las manzanas y los plátanos rallados, por ejemplo, pueden mezclarse fácilmente con las gachas del desayuno. Si, por el contrario, a tu hijo le encantan las albóndigas, puedes incorporar verduras ralladas.
2. ASEGÚRATE DE TENER UN APORTE SUFICIENTE DE VITAMINA D
La vitamina D desempeña un papel importante para el sistema inmunitario, ya que se ha demostrado que contribuye a su funcionamiento normal. No se puede conseguir un aporte suficiente a través de la alimentación, por lo que a los niños se les administra vitamina D desde la infancia, ¡incluso por prescripción médica!
Se trata de una medida importante para prevenir la enfermedad ósea del raquitismo. Los estudios demuestran que la carencia de vitamina D también es relevante en niños mayores y adolescentes. (2)
El problema: la vitamina D sólo puede obtenerse en cantidades relevantes a partir de unos pocos alimentos. Esta vitamina liposoluble se sintetiza principalmente a través de la exposición de la piel al sol. (3)
Al mismo tiempo, el sol es un gran peligro para los niños en edad de guardería y primaria. La nociva radiación UV no sólo puede causar quemaduras solares y daños oculares, sino que también puede sentar las bases del cáncer de piel en la vejez. La protección solar es obligatoria, pero también interfiere en la absorción de la vitamina D. A esto se añaden los meses con poco sol de otoño e invierno, que dificultan la absorción de la vitamina D.
Los estudios demuestran que muchos niños de Alemania y otros países europeos tienen niveles séricos bajos de vitamina D, sobre todo en invierno y primavera.(4) Importante: Habla con tu pediatra sobre si es aconsejable un suplemento de vitamina D para tu hijo/a y, en caso afirmativo, en qué dosis.
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3. Respetar las normas de higiene
El hecho es que muchas enfermedades infecciosas se transmiten a través de las manos. Por tanto, lo siguiente se aplica a toda la familia: ¡lavarse las manos correcta y regularmente ayuda a reducir el riesgo de infección!
Los estudios confirman que lavarse las manos con regularidad puede reducir el riesgo de enfermedad. Cuanto más a menudo se lave las manos, menor será el riesgo de infección. Sin embargo, si se lava las manos más de 10 veces al día, esta práctica no promete ninguna ventaja significativa sobre una frecuencia de 5 a 10 veces al día. (5)
Cuando tu hijo llega a casa de la guardería o el colegio, la primera parada debería ser el lavabo. Lavarse bien las manos es fácil, pero la mayoría de los adultos no lo hacen correctamente:
- En primer lugar, mójate las manos con agua corriente (¡caliente!).
- Utiliza jabón y enjabónate bien las manos por todos los lados durante al menos 20 segundos.
- Incluye las yemas de los dedos, que pueden rodearse fácilmente sobre las palmas. Coloca las manos una encima de otra para alcanzar el dorso de las manos y los espacios entre los dedos.
- Aclarar con agua corriente (¡caliente!).
- Sécalo bien con una toalla de papel o una toalla de mano (cámbiala a menudo).
4. Sueño suficiente
El cuerpo humano se regenera durante el sueño, lo que también afecta al sistema inmunitario. Si al organismo le falta sueño, se reducen las funciones de las células T del sistema inmunitario adaptativo. Se trata de glóbulos blancos que buscan y eliminan las células infectadas.
El hecho es que dormir bien ayuda al sistema inmunitario a afrontar mejor sus tareas. La cantidad de sueño suficiente depende de la edad.
Lo siguiente se aplica a los niños en edad preescolar y escolar:
- Los niños de uno a dos años deben dormir entre 11 y 14 horas.
- Lo ideal es que los niños de tres a cinco años duerman entre 10 y 13 horas.
- Los niños de seis a doce años deben dormir entre 9 y 12 horas.
5. BebER lo suficiente y con regularidad
La sequedad de las mucosas juega a favor de los agentes patógenos. Por ello, debe asegurarse de que su familia beba suficiente líquido a intervalos regulares. Esto es especialmente cierto en invierno, cuando el aire seco de la calefacción reseca las mucosas. Poco espectacular, pero saludable: ¡la bebida ideal es el agua!
¿Cuánto deben beber los niños? Las necesidades específicas de líquidos dependen de varios factores. Entre otros, la edad, el clima y la actividad desempeñan un papel decisivo. La siguiente información puede servir de guía:
- Los lactantes a partir de un año deben beber unos 600 ml al día.
- Los niños de cuatro a diez años cubren sus necesidades diarias de líquidos con un litro.
CONCLUSIÓN: LAS INFECCIONES EN LA GUARDERÍA Y LA ESCUELA SON UN RETO, PERO PUEDEN CONTENERSE
El primer invierno en la guardería es duro, tanto para los padres como para los niños. Numerosos factores favorecen el contagio de muchas enfermedades. Desde resfriados inofensivos hasta enfermedades infantiles muy contagiosas, como la escarlatina. Aunque las infecciones regulares son normales y también importantes para fortalecer el sistema inmunitario, las bacterias, virus y similares de la guardería y el colegio ponen a prueba los nervios de todos los implicados.
Aunque las infecciones no puedan prevenirse por completo, las medidas adecuadas pueden ayudar a contener las enfermedades. El objetivo de cada miembro de la familia debe ser una dieta sana y equilibrada que incluya 5 raciones de fruta y verdura al día. Así se garantiza también la ingesta de vitamina C, importante para el sistema inmunitario. Si los niños se niegan a comer alimentos sanos, se requiere creatividad y paciencia. También vale la pena intentarlo mezclándolos en secreto.
Además de la vitamina C, la vitamina D también desempeña un papel crucial para el sistema inmunitario. Desgraciadamente, no se puede dar por sentado un suministro adecuado de vitamina D, por lo que debería considerarse la posibilidad de tomar suplementos. Al fin y al cabo, está demostrado que la vitamina del sol refuerza el sistema inmunitario. Por lo demás, las infecciones pueden combatirse con las medidas higiénicas adecuadas: sobre todo, es imprescindible lavarse las manos a fondo y con regularidad. De 5 a 10 veces al día es una buena pauta.
Si todos los miembros de la familia duermen lo suficiente y se aseguran de beber lo suficiente y con regularidad, la familia estará bien preparada para luchar contra bacterias, virus y similares.
- NCBI, „Common colds: Overview“, unter: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK279543/, zuletzt abgerufen am 22.05.2023
- Carol L Wagner, Frank R Greer; American Academy of Pediatrics Section on Breastfeeding; American Academy of Pediatrics Committee on Nutrition, NCBI, „Prevention of rickets and vitamin D deficiency in infants, children, and adolescents“, unter: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18977996/, zuletzt abgerufen am 22.05.2023
- M F Holick, J A MacLaughlin, M B Clark, S A Holick, J T Potts Jr, R R Anderson, I H Blank, J A Parrish, P Elias, NCBI, „Photosynthesis of previtamin D3 in human skin and the physiologic consequences“, unter: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/6251551/, zuletzt abgerufen am 22.05.2023
- Thomas Reinehr, Dirk Schnabel, Martin Wabitsch, Susanne Bechtold-Dalla Pozza, Christoph Bührer, Bettina Heidtmann, Frank Jochum, Thomas Kauth,8 Antje Körner, Walter Mihatsch, Christine Prell, Silvia Rudloff, Bettina Tittel, Joachim Woelfle, Klaus-Peter Zimmer and Berthold Koletzko, „Vitamin D supplementation after the second year of life: joint position of the Committee on Nutrition, German Society for Pediatric and Adolescent Medicine (DGKJ e.V.), and the German Society for Pediatric Endocrinology and Diabetology (DGKED e.V.)“, unter: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6502918/#Sec1title, zuletzt abgerufen am 22.05.2023
- Yangqin Xun, Qingxia Shi, Nan Yang, Nan Yang, Yan Li, Wenwen Si, Qianling Shi, Zijun Wang, Xia Liu, 7 Xuan Yu, Qi Zhou, Minyan Yang, and Yaolong Chen, NCBI, „Associations of hand washing frequency with the incidence of illness: a systematic review and meta-analysis“, unter: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8033386/, zuletzt abgerufen am 23.05.2023