La función de la mevastatina y la eritadenina en el control del colesterol

La palabra «ateroesclerosis» proviene del griego ateros que podría traducirse como «papilla», porque a eso se parecía el material graso que los médicos encontraban antiguamente al hacer las autopsias en las grandes arterias de los fallecidos por un infarto del miocardio o cerebral.

Hace poco más de 100 años el famoso investigador R. Virchow (el fundador de la patología celular) fue el primero en señalar que el colesterol era el constituyente principal de las placas de ateroma y que la oclusión de las arterias debía causar en los pacientes un aumento de la presión sanguínea o hipertensión.

En 1950 el Estudio Framingham (un estudio estadístico) encontró una correlación entre las enfermedades coronarias (la oclusión de las arterias coronarias que irrigan los músculos del corazón, provocando un infarto o isquemia) y los altos niveles de colesterol en sangre.

Estas placas de ateroma que tapizan las paredes interiores de las grandes arterias están fundamentalmente constituidas por colesterol oxidado y es por ello que se considera que la presencia de altos contenidos de colesterol en sangre (especialmente de LDL) es un factor de riesgo de formación de esas placas de ateroma.

Pero en realidad, el proceso es mucho más complicado que la simple formación de un tapón de colesterol y el verdadero peligro no es la obstrucción de las arterias en sí, sino la ruptura y desprendimiento de una de esas placas que conlleve la formación de un “trombo”, es decir, que parte del ateroma sea arrastrado por el flujo sanguíneo hasta un zona donde las arterias disminuyen su calibre y se puedan taponar los conductos capilares, impidiendo el flujo sanguíneo y la alimentación o irrigación del tejido afectado. La gran mayoría de los Accidentes Cardio Vasculares (ACV) son el resultado de una “isquemia” (necrosis del tejido por obstrucción del flujo sanguíneo).

Aterosclerosis, ¿por qué se forman las placas de ateroma?

Hay varias teorías al respecto y la medicina natural se inclina por la de la vitamina C. Los seres humanos (junto con las cobayas y los murciélagos de la fruta) son los únicos seres vivos del planeta que no sintetizan vitamina C. Todos los demás: los perros, los ratones y las lechugas, por ejemplo, fabrican su propia vitamina C o ácido ascórbico.

Normalmente deberíamos compensar esa deficiencia ingiriendo suficiente vitamina C contenida en los alimentos. Pero, en occidente hay muchas personas que no incluyen frutas y verduras en su dieta o bien las comen cocidas (con la consiguiente pérdida de una parte importante del ácido ascórbico), por lo que se ven sometidas a una preocupante carencia de esa vitamina.

El ácido ascórbico es fundamental para la síntesis del colágeno, una proteína fibrosa que mantiene unidas a las células y es especialmente substancial para mantener la elasticidad y la fortaleza de los capilares sanguíneos. Si falla la producción de colágeno, las paredes arteriales pueden dañarse y el organismo tratará de reparar el daño cubriendo la zona herida con una placa de colesterol, que actúa como un cicatrizante y protector del tejido.

El problema sobreviene cuando el daño arterial progresa y el organismo no tiene mejor solución que cubrir la zona dañada con la placa de ateroma, es por ello que la tendencia terapéutica es la de evitar o limitar la formación de la placa, limitando o disminuyendo la cantidad de colesterol en la sangre.

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El Shiitake, debido a la presencia de eritadenina en su composición, es un hongo de uso recomendado en caso de aterosclerosis. / Hifas da Terra ©

Mevastatina

Hacia 1970, el microbiólogo japonés Akira Endo descubrió en un cultivo del hongo Penicillium citrinum un compuesto químico que denominó mevastatina y que tiene la propiedad de inhibir la síntesis del colesterol en el hígado, mediante el bloqueo de la enzima HMG-CoA reductasa.

Eritadenina

En agosto de 2009 Josefine Enman publicó su tesis ante la Universidad de Lulea (Suecia), sobre la producción de eritadenina por el Shiitake (Lentinula edodes) que resume sus propias investigaciones y todo lo que se conocía previamente sobre la capacidad de esta sustancia para reducir la síntesis de colesterol endógeno.

Así, los estudios científicos publicados evidencian la capacidad de los extractos de Shiitake para actuar de manera eficiente y con menos efectos secundarios que las estatinas sintéticas. También basándonos en diversos papers, la combinación de Shiitake con la vitamina C puede contribuir, entre otras cosas y de la misma manera, a ayudar a inhibir la enzima HMG-CoA reductasa.

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