La disfunción eréctil es la incapacidad persistente de conseguir una erección del pene y mantenerla en el tiempo para poder llevar a cabo el acto sexual de forma satisfactoria. Si se produce de forma continuada puede afectar a la calidad de vida y a las relaciones.
En muchos casos se debe a alteraciones psicológicas como estados de ansiedad o estrés, pero siempre es necesario descartar causas secundarias entre las que destacan enfermedades cardiovasculares, diabetes, síndrome metabólico, alteraciones hormonales y fármacos como antidepresivos, diuréticos, tranquilizantes…
La obesidad, el tabaquismo, sedentarismo, colesterol elevado, síndrome metabólico… son factores de riesgo potencialmente prevenibles relacionados con esta disfunción por lo que es importante incidir sobre ellos.