PULICADO EL 29/11/2023. AUTOR : EQUIPO EDITORIAL HIFAS
DEPORTE Y ENFERMEDAD: UNA COMBINACIÓN PELIGROSA
Por término medio, los resfriados complican la vida cotidiana de un adulto entre dos y cuatro veces al año. (1) Quien está resfriado no solo sufre los síntomas, sino que además tiene que hacer frente a unas defensas inmunitarias debilitadas. Al fin y al cabo, el organismo trabaja a toda máquina para poner a los agentes patógenos en su sitio. En estos casos, el reposo es la mejor receta para apoyar al propio sistema inmunitario en la lucha contra bacterias, virus y similares. Lo contrario ocurre si, a pesar de estar enfermo, realizas un gran esfuerzo, por ejemplo practicando un deporte intenso. Esto puede suponer grandes riesgos para la salud. Si haces deporte a pesar de estar resfriado, no sólo corres el riesgo de agravar la enfermedad existente, sino también de provocar una inflamación del músculo cardiaco (miocarditis).¿CUÁNDO DEBO DEJAR DE HACER DEPORTE?
El factor decisivo es qué síntomas experimentas y cuánto esfuerzo supone para tu cuerpo la sesión deportiva prevista. ¿Sólo tienes goteo nasal debido a un resfriado y por lo demás te sientes bien? Entonces no hay nada que objetar a hacer deporte a una intensidad leve o moderada. Sin embargo, si tienes dolor de garganta y otros síntomas como dolor en las extremidades y agotamiento, debes evitar hacer ejercicio. Parece de sentido común, pero no está mal tenerlo presente. Así, si padeces síntomas graves como fiebre, escalofríos, tos intensa o dificultades respiratorias, el ejercicio esta absolutamente desaconsejado. Además, ten en cuenta que contagias a otras personas. Hay que tener en cuenta este aspecto, sobre todo cuando se practican deportes colectivos o se va al gimnasio.¿QUÉ OCURRE EN MI CUERPO CUANDO ESTOY ENFERMO?
En la vida cotidiana, nuestro organismo está expuesto a una gran variedad de agentes patógenos. Gracias al sistema inmunitario, la mayoría de las bacterias y virus pueden eliminarse con éxito. A veces, sin embargo, las plagas consiguen superar el sistema inmunitario y penetran en el organismo. Si este es el caso, comienza la multiplicación. Tras la infección, los primeros síntomas de un resfriado suelen sentirse después de un periodo de incubación de 1 a 3 días. Las mucosas de las vías respiratorias suelen ser las primeras afectadas. A continuación se produce la fase aguda, en la que el resfriado alcanza su punto álgido entre el 4º y el 6º día con una serie de síntomas. Estos incluyen, por ejemplo:- Dolor de garganta
- Resfriado común
- Dolor de cabeza
- Dolor en las extremidades
- Fiebre
- Tos