Al igual que especies como el Reishi o la Melena de león, el Champiñón del sol se ha introducido en la dieta humana por sus propiedades.
El Champiñón del sol se puede consumir como el champiñón de París o los níscalos, incluyéndose en la dieta. Esta especie tiene una carne blanca y es ligeramente fibrosa. En la cocina destaca por su aroma y sabor almendrados, por lo que en este contexto también se refieren a él como ‘el hongo de la almendra’.
Altas concentraciones de biomoléculas activas
No obstante, no es el modo de consumo preferido para
conseguir altas concentraciones de sus biomoléculas activas.
El extracto es la forma más concentrada en la que podemos encontrar las biomoléculas activas de Champiñón del sol, que puede estar en cápsulas como ingrediente único
(Mico-Sol) o combinado
(Mico-Five). También lo encontramos en formato líquido en la fórmula infantil
Dr. Immune Five.
Los extractos pueden obtenerse con tecnologías sostenibles, sin desnaturalizar sus compuestos. El resultado de este proceso es una
mayor concentración de las sustancias de interés y, por tanto, un mejor aprovechamiento de las mismas.