El Cordyceps solo se encuentra en las
tierras altas del Himalaya, limitado a una altitud de entre 3000 y 5000 metros. Por ello, se encuentra principalmente en el
Tíbet y en partes de Bután, China y Nepal.
C. sinensis nunca aparece en racimos, sino siempre solo y exclusivamente en
orugas.
Debido en parte a la gran demanda de ejemplares recolectados en estado salvaje y a su restricción geográfica, el Cordyceps se sigue comercializando hoy en día a precios muy elevados y a veces pesados en oro.
Como los ejemplares silvestres se comercializan por peso, los coleccionistas tienen a veces la desafortunada tendencia de lastrarse con sustancias extrañas, como plomo u otros metales pesados. Si esto se pasa por alto durante el procesamiento posterior, puede producirse una intoxicación en el peor de los casos. Sin embargo, los hongos recolectados de forma silvestre son esenciales en la medicina tradicional china y gozan de gran popularidad.